Alrededor
de 64 millones de personas en el mundo tienen un
diagnóstico de falla o insuficiencia cardíaca,
representando uno de los problemas más importantes, y en aumento, de la salud
pública. La falla cardíaca (FC) se manifiesta cuando el corazón no logra
bombear de manera eficiente la cantidad de sangre que el cuerpo requiere o no consigue
llenarse de sangre; y puede presentarse debido a otras enfermedades
preexistentes en el paciente, como presión arterial elevada o enfermedad de las
arterias coronarias.
La FC
es considerada una enfermedad crónica degenerativa, y se calcula que la mitad
de los pacientes fallecen cinco años después de su diagnóstico.
“Es
alarmante el incremento en el número de casos nuevos de pacientes con falla
cardíaca y la afectación en vida de estas personas, quienes pueden llegar a ver
un deterioro en su salud mental, emocional y en su calidad de vida,,
situación que durante la actual pandemia del Covid-19 puede afectar el proceso
de recuperación de los pacientes, empeorando su función cardíaca e incluso
causando la muerte”, indicó el Dr. Esteban Coto, Director Médico de AstraZeneca
Centroamérica y Caribe.
Recientes estudios indican que durante el 2020 en
Estados Unidos, casi el 40% de las personas hospitalizadas por el virus
presentaban alguna cardiopatía. El virus del Covid-19 puede afectar de manera
importante a personas con afecciones cardíacas no controladas, como falla
cardíaca, hipertensión (presión arterial alta) o enfermedad de las arterias
coronarias, complicando el proceso de recuperación del paciente.
Además,
de ser una enfermedad común, los sistemas de salud pública a nivel mundial están
enfrentando grandes retos debido a los altos costos que implica la atención y el
control de los pacientes con esta enfermedad, considerando que para el 2012 se
generó una carga económica a nivel mundial, asociada a la atención de la
enfermedad de $108 mil millones;
y teniendo en cuenta que la tasa de mortalidad ha presentado escasas mejoras en
los últimos 10 años.
Según
datos, en la Unión Europea (UE), la FC es la principal causa de hospitalización
en los adultos mayores de 65 años y aproximadamente de las personas que se encuentran en los centros
hospitalarios, entre el 30% y 40% son diabéticos,,
incrementando el riesgo de ataque cardíaco o accidente cerebrovascular en
comparación con las personas que no la padecen.
Dicho lo anterior, un
tratamiento adecuado en un padecimiento crónico como la FC colabora para
ofrecer al paciente una mejor calidad de vida al tiempo que disminuye las
probabilidades de tener complicaciones y llegar a un punto crítico, como la
muerte. Los resultados del estudio clínico fase III DAPA-HF reportaron una
reducción del 26% en el riesgo de la combinación de muerte cardiovascular y de
complicaciones como la hospitalización por FC versus el placebo (pastilla sin
eficacia terapéutica).[xii]
Adicionalmente,
es importante que la población tome en cuenta medidas preventivas para
disminuir la incidencia de falla cardíaca, entre ellas, evitar el consumo de
tabaco y alcohol, el control de otras enfermedades asociadas como la presión
arterial alta y la diabetes, realizar actividad física y reducir el consumo de
alimentos altos en grasas, azúcar y sal.