El cáncer de mama impactó la vida de 2.3 millones de pacientes en el 2020
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ONU Mujer invita a las mujeres a empoderarse
de su salud en el marco de la celebración del Mes Internacional de la Mujer.
El
cáncer de mama es el tipo de cáncer más común entre las mujeres, liderando las
estadísticas a nivel mundial, 1 de cada 4 podría tener la enfermedad[i]. Según datos de Observatorio Global
de Cáncer, 2.3 millones de mujeres fueron diagnosticadas con cáncer de mama en
todo el mundo en el 2020. Para
el 2040, se espera un total de 3.19 millones de nuevos casos de cáncer de mama
en el mundo, provocando aproximadamente 1.04 millones de defunciones[ii].
Esas
cifras podrían ser mayores, pues se sabe que la pandemia del Coronavirus-19
(COVID-19) está teniendo un importante impacto en la asignación de recursos
médicos y en los procesos de diagnóstico y tratamiento de las pacientes con
cáncer de seno[iii]. Una encuesta nacional
realizada en sobrevivientes de cáncer de mama en los Estados Unidos reveló que,
el 44% de las participantes aseguró haber tenido un retraso o interrumpido
algún aspecto de la atención de su cáncer debido a la pandemia de COVID-19.
Las
pacientes diagnosticadas con cáncer de mama, experimentan un crecimiento
descontrolado en las células en los senos y en algunos casos, puede llegar a
convertirse en cáncer metastásico, es decir, se extiende a otras partes del
cuerpo.
Se
estima que el 90% de las mujeres son diagnosticadas en etapa temprana. Sin embargo, para el 2018, según datos de la
Organización Mundial de la Salud, la incidencia había aumentado de manera
significativa en edades tempranas, siendo su principal causa el factor
hereditario, pues entre el 5% y 10% de las pacientes tienen antecedentes
familiares.
Existen
otros factores de riesgos involucrados, como la edad (es más común detectarlo
en mujeres mayores de 50 años), tratamientos previos con radioterapia,
obesidad, abuso del alcohol, inicio de la menopausia a una edad mayor, no haber
tenido embarazos, consumo de medicamentos con terapia hormonal (estrógenos y
progesterona), historial reproductivo (presentar la primera menstruación antes
de los 12 años) y antecedentes personales y familiares de cáncer de mama.
Para
su detección o diagnóstico se puede llevar a cabo diferentes análisis aplicados
por el médico tratante, entre ellas, ultrasonido mamario, mamografías, resonancia
magnética y/o biopsia, donde se verifica el estado del paciente, para luego
proceder con exámenes más exhaustivos con el fin de determinar su localización,
tipo de cáncer o expansión.
Por
otro lado, es importante que el personal de salud comprenda la situación completa
de una paciente con cáncer, tanto en lo emocional como físico, debido a que
cada factor influye en el transcurso de su recuperación. Las mujeres que son
diagnosticadas, además de la presencia de la enfermedad a nivel corporal,
enfrentan muchas afectaciones a nivel psicológico al recibir la noticia, como
ansiedad, incertidumbre, miedo y depresión.
Dado
lo anterior, es relevante que todo el ecosistema de salud- incluyendo personal
de atención médica, asociaciones de pacientes y e instituciones de tratamiento
y soporte de la enfermedad- sigan
facilitando y fortaleciendo iniciativas de educación y prevención, para
entender mejor la patología, lograr una detección temprana de la enfermedad y
colaborar a cambiar vidas, al tiempo que permita a las pacientes valorar sus
posibilidades, con el fin de afrontar día con día los retos venideros.
“Actualmente,
existen probabilidades altas de que las pacientes tengan una posibilidad real
de cura, gracias a los distintos tratamientos disponibles y a la atención
integral a la que pueden acceder. También es fundamental que las mujeres se
mantengan optimistas, y se empoderen de su proceso indicó el Dr. Esteban Coto,
Director Médico de AstraZeneca para Centroamérica y Caribe.
Así lo promueve ONU
Mujer, en el marco de la celebración del Mes Internacional de la Mujer. La
organización asegura que “las mujeres del mundo desean y merecen un futuro
igualitario sin estigma, estereotipos ni violencia; un futuro que sea
sostenible, pacífico, con igualdad de derechos y oportunidades para todas las
personas”, razón por la cual promueven el liderazgo y el empoderamiento
femenino a todo nivel, incluido el cuido de la salud.
Entre
los cambios cotidianos que se recomiendan para prevenir o detectar
tempranamente el cáncer se encuentran las consultas médicas periódicas de
revisión, llevar a cabo el autoexamen, realizar actividad física, limitar los
medicamentos con terapia hormonal, mantener un peso saludable y consumir una
dieta sana.
En
cuanto a los tratamientos variarán según el tipo de cáncer de mama y su
diseminación, se pueden citar la cirugía, radioterapia, quimioterapia, terapia
hormonal (interrumpe la influencia de las hormonas en el crecimiento y el
funcionamiento de las células, haciendo que las células cancerígenas tengan
menos probabilidades de sobrevivir) o biológica (se trabaja con el sistema
inmunitario).
Adicionalmente,
existen estudios médicos mundiales enfocados en entender mejor aún los genes de
susceptibilidad al cáncer de mamá, llamados BRCA1y BRCA2, los cuales son genes
humanos que producen proteínas responsables de reparar el ADN dañado y juegan
un papel importante en el mantenimiento de la estabilidad genética de las
células. Cuando cualquiera de estos genes está mutado o alterado de manera que
su producto proteico no se produce o no funciona correctamente, el daño al ADN
puede no repararse adecuadamente y las células se vuelven inestables. Como
resultado, es más probable que las células desarrollen alteraciones genéticas
adicionales que pueden provocar cáncer, siendo en definitiva aspectos claves
para la definición de tratamientos para cada paciente.
“En
AstraZeneca entendemos el impacto de esta enfermedad en la sociedad, por lo que
trabajamos todos los días para redefinir el paradigma clínico actual sobre cómo
se clasifica y trata el cáncer de mama, con el fin de ofrecer tratamientos más
efectivos a los pacientes que lo necesitan y de esta forma colaborar a
transformar sus vidas” agregó el Dr. Coto.